Comunidades de energía renovables para ser más sostenibles y ahorrar en la factura de la luz.
Esta iniciativa, gestada en origen por Gran Vega de Sevilla, se ha extendido a toda la provincia y cuenta ya con 32 ayuntamientos adheridos
Los elevados costes de la energía, unido a una concienciación por la sostenibilidad y por minimizar los efectos del cambio climático, llevó a la asociación Gran Vega de Sevilla a poner en marcha un proyecto de Comunidades de Energía Local. La idea consiste en que los diferentes integrantes, entre los que se encuentran administraciones públicas, cedan espacios para la instalación de placas fotovoltaicas de las que puedan beneficiarse el conjunto de la ciudadanía que se adhiera al proyecto.
Esta iniciativa comenzó con la creación de Smart Energy Gran Vega, una asociación sin ánimo de lucro en la que estaban presentes Gran Vega, la Asociación de Empresarios ‘Rinconada Global’, las empresas López Oña, Aggregering, IBOX Energy, y la sociedad pública Soderin, que llevaron esta idea a la práctica en el Polígono Industrial Torrepavas de La Rinconada y en Villanueva del Río y Minas.
Para ello, se presentó un proyecto de subvención en una convocatoria del Ministerio de Transición Ecológica/IDEA con fondos Next Generation para la implementación práctica de una Comunidad Energética Local (CEL), consiguiendo una resolución favorable que subvenciona el 51 por ciento de la inversión, lo que demuestra el respaldo del Gobierno de España y de Europa a esta iniciativa.
Tras esto, otros ayuntamientos y grupos de desarrollo de la provincia mostraron interés en formar parte del proyecto, muchos de ellos de fuera de la comarca de la Vega, por lo que Gran Vega no tiene cobertura legal. En este punto, entra en escena la Cámara de Comercio de Sevilla, que aporta el personal técnico y la cobertura jurídica para extenderse a toda la provincia. Así nace CEL Toda Sevilla, con Gran Vega y los ayuntamientos de El Cuervo, El Real de la Jara y Estepa. Desde entonces, la iniciativa se ha extendido y, en la actualidad, hay 32 ayuntamientos y comunidades de desarrollo adheridas.
En la actualidad, los integrantes, entre constituyentes y adheridos son El Real de la Jara, Bollullos de la Mitación, Carrión de los Céspedes, Coria del Río, San Juan de Aznalfarache, El Cuervo, Cazalla de la Sierra, Las Navas de la Concepción, Alcalá del Río, Alcolea del Río, Brenes, Guillena, La Rinconada, La Algaba, Cantillana, Lora del Río, Peñaflor, Tocina, Villanueva del Río y Minas, Villaverde del Río, Cañada Rosal, Carmona, Écija, El Viso del Alcor, Fuentes de Andalucía, La Campana, La Luisiana, Mairena del Alcor, Arahal, Herrera, Estepa y Osuna.
En el día de hoy se ha celebrado en La Rinconada la Asamblea Extraordinaria en la que se ha dado entrada a los nuevos miembros y se ha convocado el proceso electoral, en la que se elegirán los nuevos vocales de la Junta Directiva, de los que saldrán los cargos de presidente, secretario y tesorero.
El presidente de Gran Vega, Juan Carlos Expósito, ha puesto en valor el proyecto por todos los beneficios que conlleva a la ciudadanía: “Tenemos un compromiso con la sostenibilidad, con mitigar los efectos del cambio climático y esta iniciativa es un gran paso para ello”. Expósito ha ido más allá, refiriéndose al ahorro en la factura de la luz: “Existen vecinos y vecinas que, por la tipología de su vivienda o por la inversión que requiere su puesta en marcha, no pueden instalar placas fotovoltaicas, pero con esta opción pueden adherirse a las Comunidades de Energía Local y así aliviar el importe de la factura”.
Cómo funciona
La finalidad es que los ciudadanos residenciales, empresas y la propia administración, de forma individual o colectiva, generen su propia energía, eso sí, de origen renovable y la puedan autoconsumir, incluso compartir usando la red eléctrica general, sin que tengan obstáculos legales ni impedimentos por parte de las comercializadoras y las distribuidoras de energía y donde, y esto es base fundamental y se repite en todos los escritos, las administraciones locales tienen un papel principal, protagonista, impulsando y facilitando el desarrollo de CELs desde la participación activa y por la disponibilidad de espacios para hacer las inversiones en infraestructuras de generación: cubiertas, suelos, subsuelo…
Esas Comunidades Energéticas Locales (CELs) tienen personalidad jurídica propia y son las que acometen las diferentes inversiones en instalaciones, placas y demás necesidades derivadas del servicio, repercutiendo a sus asociados los costes que ello conlleva.
Cada socio, en función del porcentaje de participación que tenga en la celda de generación de su entorno, paga un valor de cuota. Esta participación en la capacidad de generación de su celda genera un valor de kilowatios equivalente cada hora. Esa generación hora a hora se le comunica a la comercializadora con la que tiene contrato el socio y se la descuenta íntegramente del consumo que haya tenido, dejando un neto de energía que es el que le facturaría la comercializadora al precio que tenga estipulado por su contrato. Los kilowatios comprados a la comercializadora fluctúan de precio y tienden a subir, pero los generados por el sol en «su parte» de placa fotovoltaica, son tarifa plana, al valor de la amortización más el mantenimiento y cuando se amortice la inversión, caen a sólo el valor del mantenimiento.
El fin último es que la energía generada alivie un alto porcentaje de la factura energética tanto en domicilios particulares, sedes de empresas y administraciones locales, además de reducir de forma notable la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, ayudando a frenar los efectos del cambio climático.